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Según la tradición china las hijas son relegadas al último escalafón de la familia porque en pocas ocasiones son capaces de aportar ayuda económica o capaces de cuidar a los padres cuando son mayores. En China, tener una hija es una decepción.
Abortos Selectivos

Existen auténticos escuadrones que arrestan clandestinamente a madres embarazadas y las mantienen en la cárcel hasta que acepten abortar. En algunas regiones, algunas madres incluso fueron ejecutadas sumariamente por negarse a abortar.
Como un animal muerto
Durante siglos, las niñas chinas han sido víctimas de infanticidio, abandono y maltrato. Otras no figuran porque sus padres nunca registraron sus nacimientos para así poder burlar la estricta política de reproducción.
En un reportaje aparecido en la edición americana de la revista Marie Claire, la periodista Abigail Haworth relata una escena impresionante por su dramatismo y su dureza: "en la provincia china de Hunan, vi una escena inimaginable de horror y crueldad: el cuerpo de una niña recién nacida arrojado en la calle. Como si fuera un bulto de basura, ante la indiferencia de los que pasaban".
"El bebé estaba cerca de la oficina fiscal del gobierno. Las personas pasaban y no hacían nada, yo tomé fotos porque era algo terrible.
Cuando llegaron los policías, se preocuparon más de mis fotos que del bebé". Haworth relata que durante horas, las personas pasan e ignoran el cuerpo. Ómnibus y bicicletas pasan arrojando barro sobre el cadáver. Entre los que pasan, pocos prestaban atención.

Prohibiciones a la elección del sexo
Los porcentajes recientes de mortalidad indican que 37 de cada mil niñas mueren entre el nacimiento y los 4 años de edad, comparado con los 28 de cada mil varones.
Una investigación china sobre los llamativos porcentajes de mortalidad de las niñas llegó a la conclusión de que los varones reciben mejor leche, mejor alimento, mejor y más rápida atención médica.
En la última década se han empezado a establecer en algunas regiones prohibiciones a la selección por sexo.
En las clínicas públicas de provincias, el ultrasonido debe ser administrado por dos médicos, que deben jurar por escrito que hicieron el análisis por razones médicas y en la provincia de Shandong, donde la proporción entre los sexos ha llegado a 125 varones por 100 mujeres, se empezó aplicar, en enero de 1999, una nueva ley prohibiendo a los médicos la posesión de aparatos de ultrasonido e incluso hacer abortos.


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