Maltrato infantil

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En Uruguay el 85% de los agresores son familiares de las víctimas

Esta problemática adquiere diversas formas: agresiones físicas y psicológicas, violación y abuso sexual. Ocurre en el hogar, en el barrio, en la escuela y en instituciones de protección y justicia. En Uruguay, entre mayo de 2007 y diciembre de 2008, se registraron 359 casos de niños víctimas de violencia, entre los cuales el 85% tuvo como agresor a un familiar. Además, el 83% de los adultos encuestados en el área metropolitana de Montevideo reconoció ejercer alguna forma de violencia psicológica o física contra un niño de su hogar.

Es que el maltrato suele reproducirse de una generación a la siguiente, y los principales agresores son los padres u otros adultos en el hogar. Sin embargo, según UNICEF, las denuncias solo dan cuenta parcial de la magnitud del maltrato, mientras el resto queda sumergido en el silencio por miedo a represalias, falta de información sobre cómo denunciar o bien porque muchos asumen que el castigo físico y verbal es parte natural de la educación y socialización. Es así como sólo una pequeña parte de las agresiones contra los niños es denunciada e investigada y pocos agresores son procesados.

Soledad Larraín y Carolina Bascuñán, consultoras de UNICEF Chile, se refieren al tema en el boletón Nº 9 Desafíos del organismo de protección a la infancia y sostienen que son víctimas de maltrato infantil y abandono los niños y jóvenes, hasta los 18 años, que sufren ocasional o habitualmente actos de violencia física, sexual o emocional, en el grupo familiar o en las instituciones sociales. Dicen también que los pequeños son agredidos precisamente en los lugares en los cuales deberían ser protegidos y estimulados.

Para abordar el maltrato, UNICEF se apoya en la definición de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) según la cual la violencia es “el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”.

Puertas adentro

Expresan las especialistas que las manifestaciones de violencia que sufren los niños y los adolescentes son diversas. Van desde el castigo físico hasta otras formas crueles y degradantes ejercidas por sus padres u otros familiares, como también por responsables de su cuidado en las instituciones de protección, en las escuelas o lugares de trabajo. E incluso señalan que, a nivel social, los niños identificados como “peligro o amenaza para la sociedad” pueden ser maltratados por la policía.

Larraín y Bascuñán indican que la problemática está presente en todos los estratos sociales . La violencia física considerada como “menos grave ” es la más frecuente y se manifiesta en cachetadas, pellizcos, golpes en brazos, piernas y cabeza. También se refieren a la violencia "grave", que tienen menos presencia y se produce por medio de golpes con objetos, latigazos, amenazas e incluso en algunos casos con armas. Por último, se ubica el abuso sexual.

Además, destacan como habitual el maltrato psicológico, que se produce a través de insultos, burlas, descalificaciones y encierro, y que por lo general, no es identificado como violencia propiamente dicha, sino que, al igual que la violencia "menos grave", se justifica como una forma de educación.

En ese sentido, la OPS, en su Informe Mundial sobre Violencia y Salud 2003, afirma que en América Latina y el Caribe el castigo físico contra los niños es una práctica generalizada y que, cuando es “moderado”, es considerado como una forma adecuada de disciplinar por desobedecer a los padres.

De acuerdo a investigaciones realizadas por UNICEF, la violencia es mayor cuanto menor es la edad del niño y el abuso sexual se da, principalmente, en niñas de entre 7 y 11 años. En Uruguay, por ejemplo, el maltrato se concentra entre los cuatro y los seis años.

La violencia ejercida contra los niños y adolescentes puede afectar la salud física: cambios en el desarrollo del cerebro, lesiones, moratones y fracturas; ocasionar dificultad para relacionarse con otras personas, problemas de aprendizaje, dificultad para expresar sentimientos; causar problemas emocionales: ansiedad, depresión, agresividad e intentos de suicidio; y promover el consumo drogas o las relaciones sexuales a edades tempranas.

Por otra parte, UNICEF señala que la violencia y el abuso padecido por los progenitores durante su infancia es el factor de riesgo más relevante para que exista maltrato en las familias, ya que se produce una transmisión intergeneracional de la violencia.

Legislación internacional

La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) –adoptada por Naciones Unidas en 1989– en su artículo 19 exige a sus Estados parte adoptar “todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de sus padres, de un tutor o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo”.

También el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas se ocupa de la problemática al enfatizar la importancia de que los países miembros prohíban toda forma de castigo físico y trato degradante contra los niños .

Posibles lugares para denunciar

Las situaciones de maltrato infantil pueden ser denunciadas:Línea Azul: 0800 5050, 400 6291

Comisaría de Defensa de la Mujer y la Familia: San José 1126, Montevideo. Tel. 908 5580, 901 4144

Casas Amigas y centros del INAU en todo el país

Servicio de abogados gratuito, Infancia y Adsolescencia Ciudadana: Reconquista 619, Montevideo. Tel. 915 5419

Efectos en los niños, víctimas o testigos, de la violencia de género

• Problemas físicos:

Retraso en el crecimiento

Dificultad o problemas en el sueño y en la alimentación

Regresiones

Menos habilidades motoras

Síntomas psicosomáticos (ezcemas, asma...)

Inapetencia, anorexia

• Problemas emocionales:

Ansiedad

Ira

Depresión

Aislamiento

Baja autoestima

Estrés post-traumático

• Problemas cognitivos:

Retraso en el lenguaje

Retraso del desarrollo

Retraso escolar (rendimiento)